El conocimiento se ha vuelto una máquina bienintencionada, que pisa todo a su paso; un monstruo bueno.
Cada persona interpreta su contexto y modela su existencia de una manera tan particular, que luego no comprendemos sus desiciones; su conducta. En estos caso se habla de la Educación que tiene y tal vez no nos gusta. Esta Educación acaba en nuestras características personales, nuestra construcción neuronal. Luego, junto a nuestros progenitores y cuidadores, conformamos familia, comunidad, clases, grupos que luego nos clasifican, estereotipan y generalmente nos alejan de quienes piensan distinto.
Dicen que parezco un bicho raro, tal vez porque me encuentro revisando precisamente las ideologías que me han construido como persona, empresario, industrial, ciudadano. En este sentido, he dejado de creer únicamente en los modelos y propuestas de las élites políticas y económicas dominantes, las que intencionan países enteros en el mundo y al mío también: uno pobre y pequeñito, Paraguay. Distintos líderes con diferentes discursos y creencias se asocian en función a sus ideologías preferidas y así intervienen bienintencionadamente las creencias de ciento de miles de personas. Como habitante y empresario fui otro crédulo más, nunca antes consciente de ello.
Es bastante común oír, que estamos bien porque hacemos esto y mal porque hacemos lo otro. En el trabajo sucede lo mismo; te acercas a alguien y está bien, pero si es otra la persona está mal. Esto es gregario totalmente y está relacionado a nuestra forma de comprender y distinguir el mundo. Son nuestras formas de pensar, corrientes de pensamiento que cada uno puede elegir, aunque generalmente nos fueron impuestas delicadamente, sin ser consciente de ello. Así empieza bastante de nuestras contradicciones humanas, creencias al fin.
La creencia del Desarrollo Humano es un lindo ejemplo en la Economía.
Para muchos expertos en mi país, creer y copiar lo que el Norte hace está bien para progresar. Recuerdo que el MERCOSUR (1990) fue una de las primeras promesas con nuestra Democracia recién llegada, después de cincuenta y cuatro años de dictadura (1989); un mercado común de acceso regional como palanca para el crecimiento de Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil. Europa tiene el suyo desde 1951 y dicen que funciona, entonces directamente hay que imitar. Otra creencia global es la que afirma que avanzamos porque reciclamos y reutilizamos nuestros residuos y desechos. O porque el Paraguay desde los noventa maquila con el Brasil, como también lo hace México desde 1965 con USA: un país fuerte ayuda a uno débil. Y así..., siempre creemos en algo, porque creyendo en más estaremos alguna vez mejor.
Luego llega el momento; aparece el personaje indicado y cómodamente afirma que estamos mejor ¿Será así? ¿Quiénes evalúan qué, para luego afirmar que estamos mejor o peor? O, ¿quiénes están mejor y quiénes peor?
Pues las respuestas a estas preguntas las formulan siempre los mismos, así organizan el modelo de pensarnos de una sola forma junto al progreso y la Economía mundial, aún cuando el ejemplo del Norte, no está como ellos creen. Hay entes multilaterales con modelos aceleradores para esta única forma de creer el progreso, habilitando todo lo necesario –incluso la violencia– con tal de seguir como un gran bloque, uno que no para de tener buenas intenciones para mejorar todo a su paso, como un enorme topadora aplastando lo que molesta.
Christian, ¿cómo puede ser que nadie habla de esto? Recuerdo, me dijiste que se habla, pero quienes lo hacen no tienen voz. Uno de ellos sos vos.
Son muchísimos los participantes de este modelo y creencia, que desde sus entrañas sigue confiando en los artificios de este fracasado sistema; creen que seremos capaces de convertirnos alguna vez en un país mejor. Ínfima es la cantidad que guía este proceso de nunca acabar; los conozco como ellas y ellos, eternos luchadores incomprendidos del Desarrollo. Yo se que hablan desde sus corazones, no les juzgo, pero desapruebo la necedad en función a los resultados que han obtenido a los largo del tiempo.
¿Por que seguimos en lo mismo?
Porque el metier progresista es potente y mundial. Intervienen gobernantes y otros expertos locales que hablan y escriben desde «sus» miradas intelectuales; aún cuando es la comprensión de apenas una mínima parte de la gigante complejidad humana local y global, la que ellos y todos desconocemos en su totalidad. Y parece que de esta forma bienintencionada es como todos quedamos pegados al mismo común y romántico objetivo. ¿Cómo todos? Sí, porque ellos tampoco están solos, lo hacen junto a la Economía, nosotros. Este sistema nos coordina hace buen tiempo y a nuestras estrategias empresariales también; existe una Agenda que nos vincula, pero que hace décadas no resuelve nada material ni socialmente. Y yo, un simple industrial soñador, ahora me doy cuenta de esto; que soy parte del burumbumbum.
Cuesta mucho reconocer cómo cada uno es parte de esto que luego llaman Desarrollo. A las Empresas nos han entrenado para esto; administrar recursos en nombre de una Economía que supuestamente sirve al Progreso Humano. Algo tan delicado y humano; me refiero a las ciento de miles de esperanzas que albergamos –nosotros, no los expertos– en forma de personas contratadas, que trabajan día y noche para alcanzar sus sueños. ¿Y que hacemos? Pues lo que nos han enseñado; crecer, emprender, innovar, certificar, mercadear, liderar e invertir nuevamente. Es lo que mejor sabemos hacer, porque son actos mecánicos y suponen efectos inmediatos en los participantes. Así nos enseñaron y que remunerando de manera justa, esto funcionaría mucho mejor. Pero hoy tengo más que comprobado, que el sistema falla. Es incompleto, además de irresponsable y doy fe de ello. He obedecido tal cual me han inculcado, invirtiendo tiempo y recursos, sin embargo de bueno tuvo solamente mi capacidad de reproducir el mismo modelo; he caído en la trampa, una que ahoga en positivismo.
¿Qué hacemos los seres humanos cuando sentimos vergüenza, incomodidad? Pues sacarlo afuera es importante, conversar, compartir, incluso llorar si es necesario. Yo también lo necesito, por eso empecé a buscar desesperado, personas con quién conversar sobre cómo nuestra Economía con su rol es cómplices de algo tan feo e inútil para una gran mayoría en el mundo. Pero grande fue mi sorpresa cuando una y otra vez choqué con enormes paredes vivientes, tremendos cimientos ideológicos; ellas y ellos me insinuaron, que no es un problema del modelo sino de nuestra incapacidad humana de implementarlo como se debe y que en eso estamos hace buen tiempo, siglos.
Christian, te aseguro que esa gente que vos y yo no conocemos, es la que no pone de su parte. Por otro lado, a vos te falta un plan, mejorar tus formas de comunicación, ahora podes usar la inteligencia artificial. Vos no vas a salvar al mundo, sin embargo determinadas élites ya lo están haciendo en USA, Brasil, Alemania. Necesitamos imitar a ellos. Informate mejor, la rueda ya fue inventada.
Me estuve preguntando por meses, ¿dónde funcionan las cosas para la mayoría? Nadie me responde y he comprobado que muchos ni siquiera conocen lo que hoy significa el Desarrollo Humano en el primer mundo. Y con estas inquietudes y argumentos, uno se queda literalmente solo. Entonces, no queda otra que sacarlo en la soledad de la escritura. No tengo con quien conversar estos desacuerdos, disfunciones sociales asociadas directamente a la economía, a mí y muchos conocidos míos. Quisiera hacer algo con otros.
Pronto podrás hacerlo con la inteligencia artificial.
Cada vez conozco a más personas que confirman mis sospechas sobre este modelo, pero su voz ni la mía se escuchan. Tal vez porque las élites tienen una forma tan particular de ejecutar y vender lo suyo, que nadie lo puede superar. Aún con todo lo que en nuestras narices «no funciona», plantear algo distinto está sensatamente prohibido, algo que también lo tengo comprobado. Para mí, este es un fenómeno muy interesante, porque aún así ellos ganan premios, otros producen papers, están en radio, Youtube y redes sociales, visibilizando siempre sus buenas intenciones para comprender como esto sí funciona. Además en la contingencia que vive el 95% de la población del mundo, la Economía mal funcionando sigue siendo lo mejorcito como herramienta de subsistencia: los empleos del mundo, no importa su calidad.
Viste, finalmente somos los que sostenemos el sistema, dale tiempo al tiempo, Inge. La Economía es buena y vos negativo.
Sea la élite que sea, los fracasos a lo largo de la historia (humana) siguen a flor de piel y sucediendo contenidos en dos ámbitos dominantes; el económico y el político. Y sorprende que ninguno de sus representantes ofrezcan revisión alguna de sus enunciados y objetivaciones, sus teorías. Parece que permitir la disputa de lo que ofrecemos (creemos) no forma parte del expertis profesional humano. Atención, porque yo tampoco lo hacía en mis dominios, nuestra empresa. Por eso lo entiendo, somos necios y buscamos solamente mejorar lo que conocemos, aun cuando no le sirve a nadie más que a nosotros mismos.
Pasaron muchos años para que empiece a comprender esto y es ahora cuando empiezo a intervenir mis propias pautas de conducta en mi propia Economía. Apenas empiezo y ya estoy sorprendido como soy parte de la contradicción en pleno siglo XXI. Prometo, cuando a toda luces no cumplo con la mayoría; que enorme irresponsabilidad de adulto la mía. Necesito catarsis, pero sigo solo. Así también funciona el mundo y en este mejunje, el único instructivo válido es aquel que se sostiene sobre un elemento de antaño, único y adorado por todas las civilizaciones: la teoría del conocimiento. Aprendí que este es el componente clave e implacable junto a las buenas intenciones antes mencionadas. Juntas habilitan eternamente casi todo; seguir probando con las esperanzas ajenas y hacerlo desde el corazón. Diría que el know how es un monstruo ideológico de mil cabezas y siento que es imposible detenerlo, precisamente porque sus intenciones emergen desde la profunda voluntad de salvar al mundo.
Yo les puedo decir lo complejo que es conversar de daños y perjuicios cuando estos se relacionan directamente con personas y sistemas que persiguen únicamente beneficios, pero junto al bien común y lo hacen públicamente.
Un momento, Christian, estás insinuando que estoy haciendo daño, cuando trabajo día y noche para sostener los quinientos empleos en nuestra cadena de retail. Sos un irresponsable.
Me pregunto, ¿cómo hacer frente a algo así y a sus cabales representantes? Cómo compartir con sus letrados sin que se ofendan, que hace buen tiempo nuestros esfuerzos no están haciendo solamente el bien, sino por el contrario. O, ¿cómo hablar de lo malo de este modelo cuando mi clase social solo sabe festejar lo bueno de nuestros sacrificios e inversiones?
Tengo testimonios tratando estas preguntas y no son agradables, pero tal vez porque yo también soy testarudo con lo mío, no lo sé. De cualquiera manera el tiempo pasa y a pesar de los reveses insistimos con lo mismo; entrenamientos para líderes, tecnologías limpias, empleos de calidad, RSE, outsiders a la política, objetivos globales y otros que seguramente pronto ya serán la nueva moda progresista.
Christian Eulerich
PD: Esta es solo mi opinión. Hay cuestiones, que si las conversamos, movilizan nuestras ideologías, nuestras creencias de vida. Aquí vale la pena mencionar, que las lineas que escribo se asocian a la dificultad de plantear lo incómodo. Encontrar personas dispuestas a hacerlo no es sencillo. Aquí un 🔗 enlace para recibir avisos sobre otros posteos en este blog.
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